Todos queremos volar

(O ser superman)

Tengo un amigo con una actitud muy llamativa.

Es un chaval que cuando te habla te mira de arriba a abajo, observando la ropa que llevas. 
Después, si él lleva un reloj caro (que los suele llevar), te lo pone delante de la cara en una posición antinatural mientras le ajusta las agujas, esperando que hagas un comentario.

Luego dice cosas como que su mujer y él “no se van a sentir avergonzados de haber comprado una casa demasiado grande”.
Y si te invitan a su casa no pasará desapercibida la caja de Cartier en la mesita del sofá, con libros de moda y muebles caros.

Le gusta gastar, mostrar, y hablar del lujo.

Y sinceramente me da lástima que viva de esa forma, porque significa que ha crecido y se mueve en un entorno donde eso es lo que se valora. Esa superficialidad materialista.

Y pensando sobre por qué hace estas cosas, me imagino que es porque no viene de una familia de dinero, sino de una familia que ha llegado a tener dinero pero que no lo tenía.

Esa necesidad de enseñar el dinero y el lujo sería como una forma de sobrecompensar el hecho de que sienten que tienen orígenes humildes y lo quieren ocultar, seguramente tomado de alguno de sus padres.

En cualquier esto lo convierte en algo así como un Wanabee rich (quiere ser rico) y esto no tiene nada de malo en sí sismo.

El problema es que la actitud que tiene (fuera de sus círculos de wanabees) genera mucha aversión.

Así te ves
Así te sientes

Pensando sobre esto me doy cuenta que en realidad todos somos unos wanabees, todos queremos ser algo que no somos, en mayor o menor medida.

Queremos ser el tío duro, de barrio, que ha tenido una vida dura, y que te va a cerrar la boca si te pasas de listo.
O queremos ser el super-rico emprendedor exitoso.
O esa mujer de negocios con carácter, la puta ama, que avasalla a la gente con la que se cruza.

Básicamente tenemos una serie de role models que representan lo que queremos ser y creemos o esperamos que nos den cierto estatus en nuestros entornos.

Puedes querer ser un heavy metalero, o un transgresor-moderno rompe tendencias. O cualquier otra cosa.

Incluso la gente que quiere ser “única y diferente” solo repiten lo que otras personas hacen que los hace “diferentes”.
Es otra imágen que queremos proyectar.

Por eso al final somos todos unos putos wanabees, y cuando se nos nota mucho se genera el rechazo.

Porque a las personas no nos gustan las contradicciones. Cuántas veces hemos escuchado algo similar a ¿Qué le pasa a este tío, de qué va? Comentando cuando alguien pretende ser algo que no es. Es un sobrado. Ese va pasado.

Y por el contrario las personas apreciamos muchísimo la naturalidad y la autenticidad, que es casi lo que más escasea en este mundo (aunque también haya wanabees authentic).

Y la clave para alcanzar esta naturalidad genuina está en darnos el valor propio que merecemos.

En ser quien eres y no querer ser nadie más.

La autenticidad de las gente mayor, que no intentan ser quienes no son

Es importante disfrutar de quienes somos, disfrutar de nuestra naturalidad sin colgarnos fachadas de presentación o pretender ser algo que no somos.

Y si hay algunas medallas que tienes o puedes mostrar, que sean las medallas de tu vida. De lo que hayas vivido y hayas conseguido superar, o que tu familia haya logrado.

Si has superado una adicción, si has seguido adelante a pesar de tener un padre alcohólico o una familia disfuncional, si eras una persona introvertida y solitaria pero has llegado a abrirte al mundo y disfrutar la vida con amigos, o si has conseguido éxito profesional.

O incluso si tu familia era humilde pero consiguió llegar a tener dinero, aunque fuera porque tu madre se casó bien. (Olé por ella)

Tus experiencias pasadas no son algo que tenga que ocultarse, sobre-compensarse, o deba ser motivo de victimización o vergüenza.
Al revés.

Cada dificultad que hayamos superado es una medalla que podemos colgarnos y mostrar para definir quienes somos desde el valor aportado por esa experiencia.
Incluso nuestros peores errores.

Nuestro modelo a seguir, nuestro role model, debe ser la mejor versión de quienes somos
Siendo quienes somos.

Enseñando que estamos aquí a pesar de lo que hayamos vivido y dejando que nuestras experiencias nos definan pero en sentido positivo.

De nuevo, no tomando el pasado como una justificación de nuestros problemas y nuestra victimización, o como algo vergonzoso que debamos ocultar.

Sino como un orígen de poder, mostrando con orgullos las medallas de la vida.

Y no queriendo ser otra cosa que nosotros mismos, que lo que somos.

– Alo

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