¿Cómo se hace para meditar?
¿Quieres saber cómo se hace para meditar, qué es la meditación y cómo se medita?
Respira profundamente por la nariz y sigue leyendo para descrubirlo.
Capítulo 1
Si quieres aprender a meditar lo más importante, evidentemente, es aprender cómo se hace para meditar.
Y para saber cómo se hace para meditar, primero hay que saber qué es la meditación.
Meditar no es poner la mente en blanco con las piernas cruzadas y decir “OOOOM”.
Este concepto es erróneo.
Meditar es entrenar el cerebro de forma activa realizando ciertos ejercicios de atención y observación.
Para hacer ejercicio puedes entrenar de muchas maneras (puedes ir al gimnasio, salir a correr y puedes entrenar bien y mal). Con la meditación pasa lo mismo.
Se puede meditar bien y también se puede meditar mal.
Se puede meditar de varias maneras en función de lo que quieras conseguir, pero hay que saber cómo hacer estas meditaciones para que sean realmente efectivas. Hay que aprender a meditar y hacerlo bien.
Igual que hay que saber cómo entrenar, también hay que aprender cómo meditar.
Las formas de trabajar la mente que veremos aquí son:
- El control de la atención.
- Y la observación y generación de emociones.
También existen otras formas de meditar, cómo la meditación para cambiar la imagen propia (la forma en cómo nos vemos a nosotros/as mismos), o las meditaciones con mudras y mantras.
Pero en esta guía para aprender a meditar nos vamos a centrar en las meditaciones de atención y las meditaciones de observación de las emociones.
Nos centramos en estos ejercicios porque meditar con la atención y meditar con las emociones es la mejor forma para empezar a meditar.
Además cada una de estas formas agrupa diferentes ejercicios para meditar. Diferentes ejercicios que podemos hacer dentro de cada una de estas prácticas.
Por ejemplo, para meditar con la atención podemos concentrarnos en nuestra respiración de forma constante. O podemos hacer ejercicios para recorrer nuestro cuerpo para sentir las sensaciones físicas de cada parte, e incluso hacer observaciones de sonidos.
Y al meditar con las emociones tendremos un ejercicio diferente en función de cada meditación que estemos evocando. Lo veremos más adelante, pero básicamente evocaremos emociones para sentirlas y sentir cómo se sienten en el cuerpo.
Para experimentar la sensación de las emociones. Para sentir cómo nos sentimos al sentirlas.
Suena redundante, pero es así.
Meditar con las emociones es poner distancia con la sensación emocional para observar su efecto en el cuerpo.
Como si fuéramos observadores imparciales de nuestra propia emoción.
Así pues, podemos decir de forma resumida que meditar es ejercitar la mente.
Es un trabajo activo y deliberado para fortalecer el cerebro en cada una de sus capacidades. A la vez, le estamos enseñando al cerebro a ser más consciente de sí mismo.
Por eso la meditación es literalmente como ir al gimnasio pero para nuestro cerebro.
Entrenamos para mejorar nuestra capacidad de atención y concentración, nuestra gestión emocional y nuestra capacidad de autoobservación. Además de reducir la reactividad de nuestra mente.
Y por eso es tan importante.
Porque de una forma muy errónea asumimos que somos como somos y ya está.
Asumimos que tenemos ciertas características y que estas son fijas en el tiempo. Que somos como somos y ya está.
“Yo me concentro bien”.
“Yo me concentro mal”.
“Yo soy muy tranquila”.
“Yo soy muy nervioso”.
“Yo es que soy muy explosivo”.
Nos categorizamos dentro de ciertas cualidades mentales como si fueran inamovibles.
Y aunque es cierto que nuestra naturaleza personal y nuestro entorno van a hacer que tengamos ciertas tendencias, podemos modificar y cambiar nuestra mente. Nuestras características de la personalidad son moldeables y las podemos modificar en el sentido que queramos si sabemos cómo hacerlo.
Utilizando de forma consciente el poder de la sustitución.
Veremos el concepto de la sustitución varias veces a lo largo de cada uno de los programas de Altana. De forma resumida sustituir significa enseñarle al cerebro nuevos caminos.
No se puede obligar al cerebro a “dejar de hacer algo”. El cerebro no puede olvidar un proceso o una mecánica de funcionamiento de forma deliberada. Pero puede sustituir una forma de funcionar por otra y hacer que esta nueva forma sea la habitual.
A través de la meditación podemos actualizar nuestro cerebro para funcionar de una mejor manera.
Construiremos nuevos caminos en nuestro cerebro. Nuevos caminos que harán que actuemos y nos comportemos de una forma distinta. Y que lo hagamos de forma natural porque estos caminos sustituirán la antigua forma de comportarnos.
Serán nuestros nuevos caminos de menor resistencia. Nuestras nuevas “formas de ser”, “nuevas formas de pensar” y “nuevas formas de actuar”. Y haremos esto en cada uno de los Programas de Altana.
Pero debemos empezar con la Meditación (esta vez con mayúsculas), precisamente para facilitar que nuestro cerebro pueda hacer estos cambios. Tenemos que entender que estos cambios se pueden hacer, porque nadie nos lo ha enseñado antes.
Nadie nos ha enseñado a observarnos y comprender nuestra mente.
Nadie nos ha dicho “Obsérvate cuando pierdas la atención y vuelve a concentrarte”. “Vigila tus pensamientos y obsérvalos”, “Cuida tus pensamientos y diálogo interno”, ni tampoco nos han enseñado a observar nuestras emociones, ni a comprenderlas, ni a gestionarlas.
Y mucho menos nos han enseñado a entrenar nuestro cerebro.
Por eso debemos empezar a meditar.
- Porque la meditación te permitirá aprender a concentrarte. A mantener un objeto de observación en la mente, a controlar tu atención.
- Después te enseñará a observar tu interior. A mirar dentro de ti sin juicios y sin pensar en cómo deberías de ser. Sin juzgar cómo deberías de estar pensando o cómo te deberías estar sintiendo. Solamente desarrollando tu capacidad de observarte y aceptando los pensamientos que aparezcan durante la observación.
- Y así serás capaz de tomar las riendas de tu mente. Serás capaz de cambiar tu forma de pensar, tu forma de sentirte y tu forma de actuar. Podrás tomar las riendas y dirigir tu vida hacia donde quieras.
Sin embargo muchas personas por rechazo al mundo espiritual dejan de pensar sobre la meditación como algo serio.
Esto es realmente desafortunado porque crea una barrera que no permite que la mayoría de la gente se beneficie de todos los beneficios de meditar.
Y esto es muy triste especialmente si tenemos en cuenta la cantidad de beneficios científicamente probados que la meditación tiene.
La meditación tiene beneficios increíbles que han sido estudiados en las universidades de todo el mundo.
Y por eso, para que entiendas los beneficios probados de la meditación vamos a empezar por ahí.
Por la ciencia de la meditación.